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La grasa se convierte en piedra. Es una frase que podría suscribir cualquier fontanero y que resume bien la causa más frecuente de los atascos en los fregaderos de cocina: el aceite y los restos de comida que se cuelan por el desagüe cada vez que fregamos los platos. Basta con que el tubo se enfríe para que la grasa se solidifique y actúe como una trampa perfecta para cualquier otro residuo: mondas, arroz, fideos, pieles de fruta o trozos de verdura. Al poco tiempo, el agua empieza a acumularse, el mal olor se extiende por la cocina y el fregadero queda inutilizado. Lo primero que uno piensa es en llamar al fontanero, pero no siempre hace falta.
Según ha publicado Startlap, hay un truco sencillo, sin coste y avalado por técnicos, que permite solucionar el problema sin recurrir a herramientas ni a productos químicos. El primer paso consiste en verter abundante agua hirviendo por el desagüe. Ese golpe de calor disuelve la grasa solidificada y reblandece los residuos pegados a las paredes internas del tubo. Conviene repetir la operación varias veces, dejando que el líquido fluya con fuerza para arrastrar la suciedad. En la mayoría de los casos, con eso basta.
Cuando el atasco resiste a pesar del agua hirviendo, el siguiente paso requiere algo más de maña. Hay que desmontar el tubo en forma de U que cuelga bajo el fregadero, el conocido sifón. “Antes de aflojar nada hay que cerrar el paso de agua y colocar un cubo debajo, porque probablemente saldrá algo de líquido sucio”, advierten los técnicos a los que cita Startlap. Una vez desmontado, el tubo debe limpiarse con un cepillo o utensilio largo, asegurándose de eliminar cualquier resto sólido. Después se vuelve a colocar con las juntas bien apretadas. Para comprobar que todo ha quedado bien encajado, basta con verter otra vez agua muy caliente y comprobar que no hay fugas.
Los fontaneros insisten en que este método debe aplicarse con precaución y solo cuando el desagüe es accesible. Si el atasco se encuentra más lejos o los tubos son de materiales frágiles, conviene no forzar y recurrir a un profesional. Pero en la mayoría de los hogares, esta solución casera resuelve el problema sin herramientas, sin productos agresivos y sin gastar un céntimo.
Written by: Huffington Post
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