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Se trata de una pequeña rana, de unos pocos centímetros de longitud, incluida entre las especies en peligro de extinción desde hace más de 25 años y de la que cada vez quedan menos ejemplares. El característico hábitat en el que vive, situado exclusivamente en el País Vasco ha hecho que sea uno de los símbolos de esta comunidad. Se llama la ranita de Igeldo y es, en realidad, la ranita meridional o Hyla meridionalises, originaria del norte de África y el suroeste de Europa.
Sin embargo, esta especie la ha encontrado en el macizo de Mendizorrotz, en la comunidad vasca, un pequeño hábitat que le resulta el más adecuado para vivir. Se debe al clima templado y húmedo de la cornisa cantábrica, a que suelen haber en la zona charcas temporales y a que la vegetación autóctona en las zonas le facilita la puesta de huevos en primavera hasta su vida adulta, alternando entre agua y tierra.
En los montes de Mendizorrotz, entre los municipios de Donostia, Orio y Usurbil, habita una criatura diminuta que, aunque pasa desapercibida para la mayoría, es única en España: la ranita meridional (Hyla meridionalis), más conocida en el País Vasco como la ranita de Igeldo. Este animal, de apenas unos centímetros de longitud, no solo es endémico del territorio vasco en su forma más septentrional, sino que también se encuentra en peligro crítico de extinción. Su existencia depende casi por completo del frágil equilibrio de los humedales vascos.
Los veranos más secos, lo que lleva a transformaciones del suelo agresivas y poco húmedas han hecho que esta especie se haya asentado en esta comunidad autónoma, ya que en otras partes de España no puede vivir. Esto hace que los expertos lleven tiempo resaltando que este tipo de desplazamientos que están haciendo determinados animales para poder sobrevivir, como la ranita de Igeldo, son un claro síntoma de lo preocupante que es el estado del medio ambiente para la conservación de nuestra naturaleza.
En cuanto a la cantidad de especies que pueden quedar aún en la zona mencionada, el último censo, elaborado por la Diputación Foral de Gipuzkoa en 2019, contabilizó 235 machos cantores en las charcas del entorno de Mendizorrotz. Como dato, en la década anterior, en concreto, en 2003 se habían registrado prácticamente el doble, 411.
Written by: Huffington Post
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