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¿Hay mucho pirómano en España, como dice Feijóo? Sólo uno de cada cuatro incendios originados por el hombre son intencionados

todayAugust 26, 2025 2

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España ha sufrido este agosto su peor mes de incendios. En apenas tres semanas se han quemado más de 385.000 hectáreas, principalmente en regiones como Castilla y León, Galicia y Extremadura. De hecho, nuestro país ha tenido que luchar en estos últimos días contra 19 de los 50 incendios más grandes registrados en la última década, según el Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales (EFFIS). 

Además de por la logística para extinguirlos y las tareas de prevención que cada Comunidad Autónoma ha desplegado en estos últimos años (cabe recordar que la inversión para evitar incendios forestales se ha reducido a la mitad en apenas 13 años, según datos de la Asociación Nacional de Empresas Forestales), Gobierno y PP han protagonizado estos días una importante gresca por el origen de estos fuegos. Mientras Pedro Sánchez y sus ministros señalan al calentamiento global como la gran amenaza para nuestros montes y bosques – de ahí que el Ejecutivo vaya a dar este martes sus primeros pasos para llevar a cabo un pacto de Estado contra la Emergencia Climática -, los populares apuntan más a los pirómanos. Es decir, a la acción voluntaria del hombre para provocar estos incendios. 

Desde el pasado 1 de junio, la Policía Nacional y la Guardia Civil han detenido a 37 personas por su presunta relación con el origen de los incendios forestales en la península, cinco de ellos en los últimos días. A ellos se suman 113 personas investigadas, según informó este miércoles el Ministerio del Interior que dirige Fernando Grande-Marlaska.

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha ofrecido este lunes una rueda de prensa en la que ha presentado a los medios un plan con 50 medidas para la prevención y gestión de grandes incendios en España. Uno de sus puntos principales, tal como ha resaltado él mismo, es la confección de un registro de pirómanos a nivel nacional en el que figurarían los condenados por provocar fuegos. A todos ellos, además, se les obligaría a utilizar pulseras telemáticas de localización, con el fin de poder identificarlos como posibles autores de nuevos incendios en caso de reincidencia. Y es que, según Feijóo, “el 80% de los incendios” que hay en España “son intencionados”. 

Pero, ¿cuántos de estos fuegos que arrasan nuestros montes y bosques son provocados de forma consciente por el hombre? Dado que se trata de un asunto complejo y de difícil investigación en algunas ocasiones, los datos oficiales se contradicen entre sí y no son capaces de mostrar una fotografía exacta de cuántos incendios son provocados, cuántos se deben a una negligencia y cuántos son de origen “natural”.

Según la última Estadística General de Incendios Forestales, que elaboró el ministerio de Medio Ambiente entre 2006 y 2015, el rayo – que es la única causa que de forma natural existe en nuestro territorio – está detrás de tan sólo el 4,92% del total de siniestros que tuvieron lugar durante esos años. Es decir, que en el 95% de incendios se observaría la mano del hombre detrás. 

En ese informe, se señala que los intencionados serían los más numerosos, representando más de la mitad del total (52,70%) en aquellos años. Esta cifra, de por sí, daría la razón a Alberto Núñez de Feijóo. Sin embargo, cabe destacarse que esta ‘intencionalidad’ contempla tanto acciones dolosas como culposas del causante. “Este grupo de causas incluye las quemas con fines agrícolas, eliminación de matorral o regeneración de pastos que se dejan arder de forma incontrolada, afectando a terreno forestal”. Es decir, incluiría datos tanto de pirómanos como personas que voluntariamente han originado el fuego pero no con un fin destructivo. Otras negligencias y accidentes, como podría ser tirar una colilla mal apagada, serían responsables del 28,07% de los siniestros.

La última Memoria Anual de la Fiscalía General del Estado, correspondiente al año 2024, ofrece los datos más actualizados al respecto y sí hace una diferenciación más precisa entre incendios originados por negligencias o accidentes y los denominados “intencionados”. En los primeros, se incluyen los producidos por descuidos y actuaciones que no persiguen provocar un incendio forestal. “Las negligencias se asocian a actividades humanas que producen un incendio forestal sin que el implicado tenga intención de producirlo, aunque ha desarrollado una actividad que puede ser causante de un incendio o ha omitido las medidas de seguridad que impedían que se produjera; y los accidentes se entienden como actividades en las que el causante no ha podido prever que se iba a producir un incendio forestal. Esta actividad no se asocia al incendio forestal y, en caso de producirse, se debe a causas fortuitas”, explica.

Bajo esta premisa, la Fiscalía General establece que en 2023 el 68% de los incendios fueron causados por negligencias y el 19% fueron intencionados. Unas cifras muy similares a la media de los últimos cinco años: el 68,79% fueron por un actitud negligente y un 23,98% por una acción deliberada y consciente. Por tanto, sólo uno de cada cuatro incendios en España habrían sido intencionados.

 

¿Eso quiere decir que uno de cada cuatro incendios en España están provocados por pirómanos? Tampoco. La piromanía, según la RAE, es una tendencia patológica a la provocación de incendios. Es decir, la persona siente un placer en el momento de originar un fuego y de que todo arda. Sin embargo, otros fuegos intencionados pueden tener simplemente un afán de lucro u otra motivación, como conflictos ganaderos y cinegéticos, el objetivo de ahuyentar animales, vandalismo, resentimiento por una expropiación… Entre los últimos conocidos, en la Aliseda (Extremadura), la caza fue la motivación del vecino que, según la Junta, prendió una parcela en dos puntos diferentes. O incluso una causa laboral, como demostraría la detención el pasado 12 de agosto de un trabajador de extinción de incendios. La Guardia Civil investiga si detrás hubo una motivación laboral para mejorar su situación económica. Pero estas personas no tendrían la condición de pirómanas como la propia patología lo define, sino que utilizaron el fuego para su propio beneficio o por otras motivaciones. 

Sea como fuere, la intencionalidad de provocar un incendio conlleva una pena de prisión de uno a cinco años y multa de 12 a 18 meses, según el Código Penal. Y en el caso de poner en peligro la vida o la integridad física de las personas, se eleva hasta situarse en una franja que va de los diez a los veinte años de cárcel. En esta última ola de incendios han fallecido cinco personas; uno en Madrid y los otros cuatro en Castilla y León. 

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Esta nota fue proporcionada por una fuente externa a La Campesina. Debido a que no fue escrita por nuestros empleados ni nuestros afiliados, no garantizamos su veracidad ni exactitud. Recomendamos que cada persona realize su propia investigación para verificar el contenido de esta nota.

Written by: Huffington Post

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