play_arrow
La Campesina Cadena ¡Y No Más!
play_arrow
La Campesina 101.9 FM ¡Y No Más!
play_arrow
La Campesina 96.7 FM ¡Y No Más!
play_arrow
La Campesina 106.3 FM ¡Y No Más!
play_arrow
La Campesina 92.5 FM ¡Y No Más!
play_arrow
La Campesina 107.9 FM
play_arrow
La Campesina 104.5 FM ¡Y No Más!
play_arrow
La Campesina Georgia
¿Se acuerdan de esas películas de espías en el que siempre había un momento en el que llegaba un mensaje que adelantaba que se autodestruiría en segundos? Pues imagínense ahora que hubiera un mecanismo similar en su contrato de alquiler. Y que en vez de segundos hablásemos de años. Ahora imagínense que esa cifra de contratos ronda los 340.000 y que el plazo de autodestrucción es este mismo 2025. Y que es real, pero con la única duda de si se puede detener o cuánto costará parar ese mecanismo.
La anterior es la carta de presentación de un elemento que a lo largo de este ejercicio puede condicionar en gran medida a un mercado del alquiler que ya está tensionado de por sí en la actualidad. Unos 338.586 contratos de larga duración fueron suscritos hace un lustro en un contexto en el que se toparon la subidas anuales que se podían realizar vinculándolas, primero al indicador de la inflación económica, y desde la llegada de la Ley Estatal de Vivienda, a un índice que determina el INE. Pero esos cinco años conforman también el mismo período máximo que tenían para proceder a su actualización. En otras palabras, se abre la puerta a subidas de precios o incluso a que ni haya posibilidad de que se renueven esos contratos.
Lo desvelaba la Cadena SER apuntando a datos del Sistema Estatal de Referencia del Precio del Alquiler, recogidos por la Universidad de Alcalá de Henares (UAH). En esta línea, para poder comprender la situación actual hay que remontarse a la pandemia del coronavirus que asoló al mundo en 2020. Justo después de lo peor de la primera ola de contagios en España, tras los regresos y readaptaciones laborales y en un contexto económico para la vivienda en el que reinaba lo imprevisible. Con todo, la realidad es que la gente tenía que seguir alquilando un lugar para vivir. ¿Cuántas viviendas? De todo el parque de alquiler, el 15,5% se firmó aquel año.
La gran pregunta que asalta a los inquilinos en esta situación es a qué precios se podría actualizar la mensualidad y la realidad es que en los últimos 10 años, el alquiler se ha disparado un 95%, en sintonía con el 71% más que cuesta comprar una vivienda. Solo el año pasado, el alquiler subió un 11,5% de media en el territorio nacional. Pero en casos como en la Comunidad de Madrid o en Cataluña, las subidas fueron del 16,4% y del 12,4%, respectivamente.
A todo esto hay que sumar la elevada demanda que reina en el mercado y que se traduce en una competencia voraz por conseguir un piso. Según datos de un estudio del portal de anuncios inmobiliario Idealista, en 24 municipios españoles la situación es tal que por cada vivienda en alquiler compiten 100 familias. La mayor parte de estas localidades, 21 de 24, también se encuentran en Madrid y Cataluña.
“La situación en la que está el mercado en los últimos años, en la cual se han tomado una serie de medidas siempre buscando favorecer a los colectivos más desfavorecidos que no podían acceder a la vivienda, la realidad de eso, es que lejos de mejorar el acceso a la vivienda a esos colectivos, lo ha empeorado y ha metido a más colectivos en el saco de la gente que no puede acceder”, explican fuentes de Idealista a El HuffPost, poniendo por delante que son medidas de protección bien intencionadas. “Los precios no han parado de subir, la oferta de viviendas no ha dejado de caer y como consecuencia de ello el volumen de familias que compiten por cada vivienda que sale al mercado tampoco ha dejado de crecer”, anotan.
“De media, en España estamos en torno a las 34, 35 familias por cada anuncio que sale, llegando a puntos como alrededor de 90 que puede haber en Barcelona o las 50 que puede haber en Madrid”, desgranan desde el portal. Para hacerse una idea, lo que se denomina como alquiler exprés, es decir, que se alquila en un período inferior a 24 horas, ronda el 8% de todos los anuncios que se publican, si bien ha comenzado a descender. Algo que achacan a una mayor preferencia por la selección por parte del propietario.
“La parte más dolorosa de esto es que hay muchas familias que, a pesar de que contactan y contactan, nunca van a ser elegidas”
“Hay otros colectivos que antes no tenían problemas y ahora los tienen”, apuntan, mencionado el caso de autónomos que no les alquilan una vivienda porque no cuentan con un contrato con unos ingresos recurrentes que den seguridad a un propietario: “¿Por qué? Porque siempre hay otro que sí lo ofrece”. Es decir, aunque tengan los mismos ingresos, el propietario suele decantarse por quien tenga un contrato con mayor garantía de estabilidad. Una suerte de proceso de ‘elitización’ del alquiler: “La parte más dolorosa de esto es que hay muchas familias que, a pesar de que contactan y contactan, nunca van a ser elegidas porque siempre hay una familia más por encima que ofrece más seguridad y no se trata solo del dinero”.
“Prácticamente después del confinamiento se duplicaron los anuncios. Cuando la gente estaba confinada, mucha gente se fue a vivir al pueblo, dejó los pisos que tenía en Madrid o también aparecieron muchas viviendas de alquiler turístico que pasaron a alquiler permanente o de temporada”, recuerdan desde Idealista de la situación hace cinco años, rememorando también que ese cóctel estuvo acompañado de una caída de los precios en torno al 10%. Aquel fue el telón de fondo en el que se fueron firmando los cerca de 340.000 contratos que ahora van venciendo a lo largo de este 2025.
El escenario anteriormente descrito tiene una traducción en la realidad de quienes viven el día a día con una suerte de tic tac inexorable hasta recibir esa llamada del casero o de la agencia que despeje las dudas o confirme los temores. Una cuestión que ha comenzado a ocupar una parte mayor en los pensamientos de Vicente -prefiere dar un nombre ficticio-, que vive en el centro de Madrid con un compañero de piso.
Este joven de 30 años reconoce que “era algo en lo que no había pensado hasta que me lo comentó un amigo hace unos días”, pero así fue como cayó en que “es verdad que teníamos un contrato de 5 años firmado en 2021, en plena pandemia y con los precios por debajo del mercado de ahora”. En este sentido, una parte le inclina a recordar que han sido buenos inquilinos a lo largo de este casi lustro, por lo que “confío en que no nos suban mucho el precio, pero es verdad que viendo como ha cambiado todo en estos cinco años… sí que me asusta”.
“Para mi día a día, me rompería”
Vicente explica que le ha dado vueltas sin llegar aún a una conclusión. “Si me ponen de patitas en la calle y no nos dan opción a renovarlo o nos suben mucho no sabría qué hacer”, teoriza, admitiendo que “una posibilidad es abandonar Madrid definitivamente y otra buscar uno que cueste similar en una zona que me sea cómoda”. Lo cierto es que tener que mudarse le supondría un problema. “Para mi día a día, me rompería, vivo cerca de Casa de Campo y Madrid Rio y no tener zonas amplias verdes y solo asfalto y edificios me trastocaría mucho. Además, vivo relativamente bien conectado con mi puesto de trabajo”, anota.
Pero más allá de lo que pase este año, esta bolsa de contratos de alquiler de larga duración cuyos plazos irán vendiendo también se extiende al próximo año. Esta es la situación que atraviesa Berta -también nombre ficticio-, de 37 años y residente en Madrid. En su caso, de tener que marcharse, el desplazamiento no sería del centro como tal, porque ya reside en un barrio alejado de la capital. “Yo ya tuve que optar por una vivienda de alquiler en la periferia cuando llegué”, recuerda, de un 2021 en el que “vivir en pareja en el centro no era una solución viable”.
“Es triste que tenga que ser así, teniendo trabajos con buenos salarios”
Con solo unos vistazos a los precios actuales de los pisos de alquiler en la misma zona, o a los escaparates de inmobiliarias, Berta tiene clarísimo que se encuentra entre la espada y la pared: “Lo que me temo a día de hoy, y viendo que en los barrios periféricos de Madrid los precios se están volviendo inasumibles, es que en el momento en el que venza el contrato pueden darse dos escenarios: o bien, que no quieran renovárnoslo, o bien, que suban tanto el precio que no podamos permitirnos ni siquiera vivir lejos del centro”.
Ninguna de las dos posibilidades le es alentadora. “Y en cualquiera de los dos, me plantearía sinceramente dejar Madrid”, reflexiona, al tiempo que lamenta la situación. “Es triste que tenga que ser así, teniendo trabajos con buenos salarios, pero la situación se está volviendo insostenible para realmente plantearse un proyecto de vida aquí”, sentencia.
Written by: Huffington Post
Copyright 2024 © La Campesina is a radio brand of Chavez Radio Group, a Chavez Media company.
Post comments (0)