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“Estoy destrozado porque llevo muchos años trabajando allí. Es como si se hubiera quemado parte de mí“, afirma conteniendo la emoción Carlos Álvarez, uno de los guías de la Fundación Las Médulas que en estos meses de verano vive jornadas intensas guiando a grupos de turistas por el interior de este espacio declarado Patrimonio de la Humanidad. Es temporada alta.
El incendio desencadenado este fin de semana en Yeres —uno de los pueblos de la comarca leonesa de El Bierzo que limita con Las Médulas— puso en alerta a la zona en la jornada del sábado y “los accesos al parque se cortaron a las 9 de la mañana del domingo por precaución”. Por esta misma razón se desalojó el Mirador de Orellán y el Centro de Recepción de Visitantes se cerró al público. Y aunque todo parecía controlado, por la tarde el fuego viró con furia extendiéndose hacia los pueblos de Carucedo, Orellán y Las Médulas, transformando el idílico paisaje en un infierno.

Las Médulas, en la comarca leonesa de El Bierzo.David Santiago Garcia
“Ayer estuve trabajando y las llamas que amenazaban el espacio parecían estar controladas, pero las temperaturas infernales y el cambio en la dirección del viento han calcinado el espacio”, explica a El HuffPost mientras lamenta que esta mañana de lunes ni siquiera ha podido acceder hasta Las Médulas porque se han cerrado los accesos. “Mi intención era echar una mano, para ayudar”, asegura con tristeza.
Un total de 800 personas de Carucedo, Las Médulas, Voces y Orellán, en el corazón de la comarca, tuvieron que ser desalojadas. Para ellos se habilitó un pabellón en Ponferrada y este lunes por la tarde aún no habían podido regresar a sus casas. “Los vecinos continúan evacuados por si se producen cambios en las rachas de viento. Están deseando ver sus casas y ver sus animales y sus cosas”, nos cuenta Mario, secretario del Ayuntamiento de Carucedo, que nos atiende desde el consistorio.
Él mismo nos confirma que algunas casas de Las Médulas han sufrido importantes daños materiales, pero en el casco urbano de Carucedo están intactas. Y lo más importante, las llamas y el humo no se han cobrado víctimas personales —al menos hasta ahora—.
La pérdida más importante, la que lamentan vecinos y visitantes, tiene que ver con el patrimonio natural del lugar. Roberto Núñez, el director-conservador del espacio natural de Las Médulas, ha reconocido a EFE que ahora es “el director de un paisaje roto” y que la sociedad “ha dado la espalda a la naturaleza”. Nuñez se ha encargado de aclarar que, aunque el fuego no ha afectado a las minas de oro romanas, sí ha causado un importante daño en la vegetación, sobre todo, en los castaños centenarios arrasados.
Muchos de esos castaños transformados ahora en cenizas tenían más de 500 años, explica el guía, y eran soporte de una de las actividades económicas de la zona: la castaña, que cuenta con el sello de calidad de la Indicación Geográfica Protegida Castaña del Bierzo.
Por no hablar del turismo, el gran sostén de la zona: el paisaje único de Las Médulas y su valor cultural habían convertido a la antigua mina de oro romana y su entorno en centro de peregrinación de miles de visitantes cada año. Porque si Estados Unidos tiene al Gran Cañón del Colorado, España presume de la belleza y singularidad de Las Médulas.
Las Médulas son un tesoro. Lo fueron en el pasado, por el oro que albergaba y que explotaron los romanos, y lo son en el presente, por el espectáculo maravilloso que se puede admirar desde los espléndidos miradores, donde destaca el de Orellán. Se considera la mayor mina a cielo abierto de la época romana, de la Hispania romana, una de las mayores obras de ingeniería de la Edad Antigua. Y ya sin oro, es una joya natural y cultural que debe ser cuidada y protegida.

Un turista en el Mirador de Orellán de Las Médulas.Miguel Angel Redondo Galvan
Los graves incendios que ha sufrido y soportado la comarca leonesa de El Bierzo y que han afectado a Las Médulas han puesto de manifiesto la fragilidad de este espacio que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1997, por lo que representa para la historia de la Humanidad y por la enorme belleza de un paisaje único. A ello se suma la declaración de Monumento Histórico en 1931, Bien de Interés Cultural en 1996, y Monumento Natural en 2002. Asimismo, el territorio se amplió en 2007 para que toda la zona protegida se añadiera al Patrimonio Mundial.
A pesar de la amplia protección de la que gozan Las Médulas, gestionadas por la Junta de Castilla y León a través de la Dirección General de Patrimonio Cultural, este entorno, en el que destacan sus castaños centenarios, uno de los símbolos de este enclave, ha sufrido la furia de un fuego que arrasa y al que no le importa la mayor o menor relevancia histórica y cultural del paisaje que se lleva por delante.
No siempre se piensa en León, no siempre se piensa en El Bierzo, pese a ser uno de los territorios afortunados con su pasado y por su naturaleza, y Las Médulas son un símbolo en la comarca. En su historia destacan no solo los reyes y reinas del Reino de León, sino el paso del Imperio Romano, que dejó su huella particularmente en Las Médulas.

las Médulas fue la mina de oro más importante del Imperio Romano y está declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.Daniel Candal Alvarez
Aunque los primeros que trabajaron esta mina fueron los astures, los romanos no tardaron en ver el potencial que escondía este lugar y explotaron ampliamente la zona para extraer oro con el que acuñaron monedas. Durante dos siglos, Las Médulas proporcionaron el metal precioso que necesitaba el Imperio, hasta que en el siglo III la mina fue abandonada debido a su agotamiento. El oro se acabó, pero el paisaje se había transformado de tal manera que creó un lugar único.
Para explotar la mina, los romanos habían empleado un sistema llamado ruina montium. Consistía en canalizar el agua de la zona, y de más lejos, y embalsarla en la parte superior de la mina. A través de unas galerías pendientes se soltaba y horadaba la montaña. Así surgieron los característicos picos anaranjados, emblema de Las Médulas junto a la intensa vegetación que cubre la zona y que ha sufrido el horror del fuego. Desaparecido el oro, quedó para la posteridad un lugar de incalculable y delicada belleza.
Los picos anaranjados se alzan poderosos en esta antigua mina romana, pero sin el verdor que cubre la zona, la postal estaría incompleta. Allí destacan sobre todo los castaños, que introdujeron los romanos, y que se hicieron fuertes durante siglos en este paisaje moldeado en gran parte por el hombre que sus vecinos han tratado de proteger y cuidar, en muchas ocasiones sin el apoyo necesario.
La naturaleza y el patrimonio son frágiles, como han demostrado los recientes incendios en la Mezquita de Córdoba y Las Médulas. Deben ser cuidados, mantenidos y protegidos, con dedicación y recursos, y sin excusas.
Written by: Huffington Post
“Estoy destrozado porque llevo muchos años trabajando allí. Es como si se hubiera quemado parte de mí“, afirma conteniendo la emoción Carlos Álvarez, uno de los guías de la Fundación Las Médulas que en estos meses de verano vive jornadas intensas guiando a grupos de turistas por el interior de este espacio declarado Patrimonio de la Humanidad. Es temporada alta.
El incendio desencadenado este fin de semana en Yeres —uno de los pueblos de la comarca leonesa de El Bierzo que limita con Las Médulas— puso en alerta a la zona en la jornada del sábado y “los accesos al parque se cortaron a las 9 de la mañana del domingo por precaución”. Por esta misma razón se desalojó el Mirador de Orellán y el Centro de Recepción de Visitantes se cerró al público. Y aunque todo parecía controlado, por la tarde el fuego viró con furia extendiéndose hacia los pueblos de Carucedo, Orellán y Las Médulas, transformando el idílico paisaje en un infierno.

Las Médulas, en la comarca leonesa de El Bierzo.David Santiago Garcia
“Ayer estuve trabajando y las llamas que amenazaban el espacio parecían estar controladas, pero las temperaturas infernales y el cambio en la dirección del viento han calcinado el espacio”, explica a El HuffPost mientras lamenta que esta mañana de lunes ni siquiera ha podido acceder hasta Las Médulas porque se han cerrado los accesos. “Mi intención era echar una mano, para ayudar”, asegura con tristeza.
Un total de 800 personas de Carucedo, Las Médulas, Voces y Orellán, en el corazón de la comarca, tuvieron que ser desalojadas. Para ellos se habilitó un pabellón en Ponferrada y este lunes por la tarde aún no habían podido regresar a sus casas. “Los vecinos continúan evacuados por si se producen cambios en las rachas de viento. Están deseando ver sus casas y ver sus animales y sus cosas”, nos cuenta Mario, secretario del Ayuntamiento de Carucedo, que nos atiende desde el consistorio.
Él mismo nos confirma que algunas casas de Las Médulas han sufrido importantes daños materiales, pero en el casco urbano de Carucedo están intactas. Y lo más importante, las llamas y el humo no se han cobrado víctimas personales —al menos hasta ahora—.
La pérdida más importante, la que lamentan vecinos y visitantes, tiene que ver con el patrimonio natural del lugar. Roberto Núñez, el director-conservador del espacio natural de Las Médulas, ha reconocido a EFE que ahora es “el director de un paisaje roto” y que la sociedad “ha dado la espalda a la naturaleza”. Nuñez se ha encargado de aclarar que, aunque el fuego no ha afectado a las minas de oro romanas, sí ha causado un importante daño en la vegetación, sobre todo, en los castaños centenarios arrasados.
Muchos de esos castaños transformados ahora en cenizas tenían más de 500 años, explica el guía, y eran soporte de una de las actividades económicas de la zona: la castaña, que cuenta con el sello de calidad de la Indicación Geográfica Protegida Castaña del Bierzo.
Por no hablar del turismo, el gran sostén de la zona: el paisaje único de Las Médulas y su valor cultural habían convertido a la antigua mina de oro romana y su entorno en centro de peregrinación de miles de visitantes cada año. Porque si Estados Unidos tiene al Gran Cañón del Colorado, España presume de la belleza y singularidad de Las Médulas.
Las Médulas son un tesoro. Lo fueron en el pasado, por el oro que albergaba y que explotaron los romanos, y lo son en el presente, por el espectáculo maravilloso que se puede admirar desde los espléndidos miradores, donde destaca el de Orellán. Se considera la mayor mina a cielo abierto de la época romana, de la Hispania romana, una de las mayores obras de ingeniería de la Edad Antigua. Y ya sin oro, es una joya natural y cultural que debe ser cuidada y protegida.

Un turista en el Mirador de Orellán de Las Médulas.Miguel Angel Redondo Galvan
Los graves incendios que ha sufrido y soportado la comarca leonesa de El Bierzo y que han afectado a Las Médulas han puesto de manifiesto la fragilidad de este espacio que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1997, por lo que representa para la historia de la Humanidad y por la enorme belleza de un paisaje único. A ello se suma la declaración de Monumento Histórico en 1931, Bien de Interés Cultural en 1996, y Monumento Natural en 2002. Asimismo, el territorio se amplió en 2007 para que toda la zona protegida se añadiera al Patrimonio Mundial.
A pesar de la amplia protección de la que gozan Las Médulas, gestionadas por la Junta de Castilla y León a través de la Dirección General de Patrimonio Cultural, este entorno, en el que destacan sus castaños centenarios, uno de los símbolos de este enclave, ha sufrido la furia de un fuego que arrasa y al que no le importa la mayor o menor relevancia histórica y cultural del paisaje que se lleva por delante.
No siempre se piensa en León, no siempre se piensa en El Bierzo, pese a ser uno de los territorios afortunados con su pasado y por su naturaleza, y Las Médulas son un símbolo en la comarca. En su historia destacan no solo los reyes y reinas del Reino de León, sino el paso del Imperio Romano, que dejó su huella particularmente en Las Médulas.

las Médulas fue la mina de oro más importante del Imperio Romano y está declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.Daniel Candal Alvarez
Aunque los primeros que trabajaron esta mina fueron los astures, los romanos no tardaron en ver el potencial que escondía este lugar y explotaron ampliamente la zona para extraer oro con el que acuñaron monedas. Durante dos siglos, Las Médulas proporcionaron el metal precioso que necesitaba el Imperio, hasta que en el siglo III la mina fue abandonada debido a su agotamiento. El oro se acabó, pero el paisaje se había transformado de tal manera que creó un lugar único.
Para explotar la mina, los romanos habían empleado un sistema llamado ruina montium. Consistía en canalizar el agua de la zona, y de más lejos, y embalsarla en la parte superior de la mina. A través de unas galerías pendientes se soltaba y horadaba la montaña. Así surgieron los característicos picos anaranjados, emblema de Las Médulas junto a la intensa vegetación que cubre la zona y que ha sufrido el horror del fuego. Desaparecido el oro, quedó para la posteridad un lugar de incalculable y delicada belleza.
Los picos anaranjados se alzan poderosos en esta antigua mina romana, pero sin el verdor que cubre la zona, la postal estaría incompleta. Allí destacan sobre todo los castaños, que introdujeron los romanos, y que se hicieron fuertes durante siglos en este paisaje moldeado en gran parte por el hombre que sus vecinos han tratado de proteger y cuidar, en muchas ocasiones sin el apoyo necesario.
La naturaleza y el patrimonio son frágiles, como han demostrado los recientes incendios en la Mezquita de Córdoba y Las Médulas. Deben ser cuidados, mantenidos y protegidos, con dedicación y recursos, y sin excusas.
Written by: Huffington Post
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