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Un proyecto enorme de energía renovable amenaza con acabar con el idilio de un pequeño pueblo y arranca el dilema moral

todayOctober 7, 2025 2

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Han pasado dos décadas desde que Janni Pedersen y su marido encontraron en Homå, diez kilómetros al sur de Grenaa (Dinamarca), el lugar de sus sueños para construir su vida. “Significa todo. Es nuestro hogar y nuestra pequeña base segura aquí en medio del campo”, asegura Janni a Nyheder

Sin embargo, ese refugio familiar se ve ahora amenazado por un ambicioso proyecto energético aprobado por la mayoría del consejo municipal de Norddjurs que podría obligarles a abandonar la propiedad que han cuidado con tanto cariño.

El objetivo nacional es reducir las emisiones de CO₂ en un 70% para 2030 y, para lograrlo, el municipio apostará por energías verdes y renovables. Uno de los proyectos clave, el Energy Cluster Djursland, fue designado en enero de 2025 para ubicarse cerca de Homå, justo en el vecindario de los Pedersen.

“Estamos mostrando nuestras emociones, y tras la llamada de enero nos hemos mantenido un poco a la defensiva. Todo se ha paralizado, porque no sabemos realmente si nos han comprado o vendido“, explica Janni, reflejando la incertidumbre que pesa sobre su familia.

“Vivimos donde queremos vivir”

El proyecto incluye una planta solar de 200 hectáreas, seis turbinas eólicas y una planta de biogás con capacidad para manejar 800.000 toneladas al año. A los Pedersen no les preocupan las células solares ni la planta de biogás, sino una de las seis turbinas eólicas previstas, que alcanzan 185 metros de altura y se instalarán en los campos que hay detrás de su casa.

La propiedad se encuentra dentro de la llamada “zona de seguridad”, a aproximadamente un kilómetro de la turbina eólica más cercana. Esto implica que la familia debe vender la propiedad o que la turbina debe ser reubicada.

Jakob Bundgaard, director general de NRGI Renewables y uno de los promotores del clúster, explica que, si el proyecto se sitúa en Homå, será necesario comprar entre tres y cuatro viviendas: “Siempre es difícil encontrar ubicaciones para aerogeneradores y paneles solares porque ocupan espacio en el paisaje, y siempre hay algunos afectados. Pero hay relativamente pocas viviendas afectadas aquí“.

Además, promete que “todos los propietarios que tengan que ser comprados o pierdan valor en sus propiedades serán compensados por sus pérdidas”.

Sin embargo, Janni es tajante cuando explica por qué no quiere vender: “Vivimos donde queremos vivir. Nuestro sueño es vivir aquí en el campo, sin tantos vecinos y con la posibilidad de tener espacio tanto para los caballos como para el negocio de transporte de mi marido”.

En este sentido, reconoce que quizás podrían encontrar un lugar similar en otra parte, pero tendrían que alejarse de su, qus progenitores, que son mayores y los necesitan: “Tenemos padres en Trustrup que rondan los 70 años y en Balle los 80, así que estamos en un aprieto para poder ayudarles”.

En general, el municipio está dividido respecto al Clúster Energético de Djursland, lo que ha generado un clima de incertidumbre en la zona. “No sabemos realmente si deberíamos seguir reformando la casa. También nos gustaría tener una terraza y un invernadero, pero no sabemos si nos han comprado o vendido”, confiesa Janni.

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Esta nota fue proporcionada por una fuente externa a La Campesina. Debido a que no fue escrita por nuestros empleados ni nuestros afiliados, no garantizamos su veracidad ni exactitud. Recomendamos que cada persona realize su propia investigación para verificar el contenido de esta nota.

Written by: Huffington Post

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