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Jesús G.Maestro: "La gente hoy en día es muy infeliz, tal vez más que en ninguna otra etapa de la historia reciente"

todayMarch 14, 2025 2

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En diciembre del 2014, Jesús G. Maestro, un profesor de 57 años, decidió grabar desde la universidad romana de La Sapienza un vídeo sobre Miguel de Cervantes para hablar de su obra magna, El Quijote. Lo subió a YouTube y, sin saberlo en ese momento, estaba empezando a cimentar el que es el canal en español más seguido sobre literatura.

Actualmente, este docente de Literatura de la Universidad de Vigo tiene más de 134.000 seguidores que comparten, como él, la pasión por la literatura. No le gustan que le llamen youtuber o influencer y recalca una y otra vez que su alejamiento de estas profesiones. “No lo soy, yo soy una persona que habla de literatura, por la literatura y para la literatura y no me importa el número de seguidores”, afirma. 

Maestro, además, acaba de publicar su tercer libro, Una filosofía para sobrevivir en el siglo XXI (Harper Collins), en la que reflexiona sobre los problemas, los miedos y habla sin tapujos de la sociedad actual. Sobre literatura, la sociedad actual o su faceta en internet habla en una entrevista concedida a El HuffPost. 

¿Cuál es el objetivo de este libro? 

No hay ningún objetivo en concreto, dado que yo cuando escribo nunca pretendo nada, porque en realidad nunca se consigue nada cuando se escribe un libro o cuando se dice algo. Yo no hablo para conseguir objetivos, sino que hablo simplemente para expresar un sistema de ideas, sobre todo, relacionado con la literatura. Y en este libro hay muchas explicaciones que tienen a la literatura como centro de gravedad y de referencia. 

Lo que ocurre es que en la literatura se implican todas las actividades humanas, todo lo que hay en la vida. De manera que es muy difícil hablar de literatura sin hablar del amor, de la libertad, de la muerte, de las depresiones, del sufrimiento, etc. Pero en realidad no se consigue nada escribiendo un libro porque el mundo es totalmente indiferente a los libros. La vida no tiene a los libros como centro de referencia de nada. La vida sigue su curso.

 

El tercer libro de Jesús G.Maestro, ‘Una filosofía para sobrevivir en el siglo XXI’.Harper Collins

¿A quién va dirigido?

El libro se escribe para quien quiera leerlo. En realidad, yo no pienso en el público, yo pienso en la literatura. Digamos que no escribo para que me presten atención, ni siquiera para que me lea. Escribo para que la literatura tenga valor y tenga interpretaciones que no todo el mundo le da, o que no todo el mundo le presta atención a la literatura, al menos desde el punto de vista que yo le presto. La literatura tiene unas ideas, yo tengo las mías y yo escribo sobre literatura. A algunas personas les interesa más, a otras les interesa menos, a otras no les interesa nada, pero se trata de un libro abierto a cualquier persona que esté interesada en él. Se encontrará con cosas que les gustarán o no, con las que estará de acuerdo o con las que estará en desacuerdo, pero eso forma parte de la vida. Lo importante, más que estar de acuerdo o en desacuerdo, es estar y saber estar. Eso es lo más importante.

¿Es un libro que puede traer polémica?

Como todo este mundo, hasta la fórmula del agua puede resultar polémica en cierto contexto, nadie está libre de interpretar las cosas de una manera o de la otra. Además generalmente, siempre que nosotros nos enfrentamos a una realidad, sea cual sea, cada uno la interpreta desde sus propios conocimientos, desde su propia experiencia. Entonces, cuando a alguien le habla a otra persona de filosofía puede decir que es horrible porque la estudió y no le gustó y otros decir que es excelente porque tuvo muy buenos profesores. 

Cada uno habla de las palabras que oye o de los referentes que tiene delante según su propia experiencia en la vida. Entonces, para lo que uno es agradable, pues para otro es desagradable. Todo en ese punto es muy relativo y, naturalmente, hay que ser comprensible con las ideas de cada uno y respetar estas experiencias.

El título es La filosofía para sobrevivir en el siglo XXI. ¿Qué filosofía hay que tener para sobrevivir en el mundo de hoy en día, que cada vez está más globalizado, va todo muy rápido, están las redes sociales…?

Para mí hay uno fundamental, que es atenerse a la realidad. Es decir, cuando yo hablo en el título, y esto es importante advertirlo porque puede dar lugar a equívocos, de una filosofía para sobrevivir en el siglo XXI, lo que hablo es de una manera de ver la vida y de enfocarla para sobrevivir valga la redundancia, es decir, organizar la vida para sobrevivir en el siglo XXI. 

La filosofía puede entenderse de muchas maneras. La filosofía es una palabra que tiene muchas atenciones en el diccionario. Si tú vas al diccionario encuentras que el término filosofía tiene seis acepciones. La filosofía como conjunto de saberes generales que articulan principios de conocimiento para explicar el sentido de la vida, el sentido de la realidad; las filosofías como doctrina, que es la filosofía de Kant, de Hegel; la filosofía como asignatura de bachillerato; la filosofía como facultad de una universidad; la filosofía como fortaleza o serenidad de ánimo para sobrellevar los cambios y los sufrimientos en la vida, la consolación para la filosofía, y luego hay una sexta acepción que es la filosofía como modo de ver la vida, el tómatelo con filosofía. El tómatelo como una manera de ver la vida que se ajuste a la realidad que te toca vivir. 

Entonces, claro, una filosofía para sobrevivir en el siglo XXI nos sitúa ante una realidad específica del siglo XXI que no se daba, por ejemplo, en el siglo XVIII. El mundo al que nosotros nos enfrentamos hoy es un mundo que no es el de hace 30 años, no es ya el mundo del siglo XX. Entonces, ¿cómo enfocarnos? ¿Cómo enfocar esta realidad? ¿Cómo enfocar este siglo XXI para sobrevivir en él? Yo creo que básicamente aquí tenemos que hacer uso de la razón y de una razón que está dictada y escrita en la realidad. Podemos ser de todo menos idealistas porque no hay tiempo para el idealismo. El idealismo nos conduce al fracaso.

“El idealismo nos conduce al fracaso”

Jesús G. Maestro

¿En qué sentido?

Pues que nos aleja de la realidad. Es decir, el idealismo nos lleva al fracaso. La realidad nos lleva a conocer cómo funciona el orden de las cosas. Es decir, si tú crees que puedes volar, conviene que utilices un avión, pero que no te lances por la ventana moviendo los brazos porque la ley de la gravedad no admite el idealismo de volar como un pájaro. Entonces, claro, hay situaciones muy engañosas porque se idealiza el trabajo, el dinero, el éxito, etc. Y estos ideales a veces se enfocan en fracasos que no se ven en el momento de la seducción. En el momento de que el éxito laboral o el éxito económico te atrae, te seduce y te induce a querer volar sin alas la fuerza de la realidad es muy superior. Es decir, el idealismo conduce al fracaso. De hecho, el idealismo es el miedo a la realidad y eso provoca muchos problemas psicológicos, muchos trastornos mentales. El idealismo te puede llevar, no digo que te lleve necesariamente, pero te puede llevar a la consulta del psiquiatra. 

Hoy en día, no sé si conoce a personajes como Llados, que decía que si te despiertas todos los días a las 6 de la mañana te hacías rico y que son una especie de gurús, pero que al final los que se enriquecen más son ellos y tú te empobreces. En ese sentido, ¿nos hemos vuelto un poco más tontos por querer buscar la fama o el dinero de forma fácil cuando está claro que eso no existe?

Es un aliciente y un gran atractivo, pero ese tipo de cosas han existido durante toda la vida y desde que el ser humano es ser humano. Siempre ha habido personas que han vendido humo y personas que lo compraban.

Hoy en día estas situaciones se ven muy potenciadas y estimuladas porque las posibilidades de la comunicación y de la interacción son muy grandes. Hoy en día la gente puede comunicarse e interactuar de una forma que en la Edad Media era inconcebible e imposible. Ese tipo de comunicaciones, una vez que entran en procesos virales o se globalizan, llegan a ingentes masas de población. Entonces es muy fácil ser seducido. 

De hecho, la seducción no es más que una forma oblicua, engañosa, de atraer. Es como el que atrae haciendo trampa. El seducir es conducir de manera torcida, oblicua y engañosa. Esto es un procedimiento que siempre han utilizado los que tratan de hacer trampas en la vida y tiene su éxito, claro. Si te lo sabes gestionar bien, tienes tu éxito. Vender humo siempre encuentra comprador. 

¿Por qué se utiliza el verbo sobrevivir en vez de vivir en el titular? ¿En el siglo XXI es complicado vivir y básicamente nuestro paso por aquí es sobrevivir?

Sobrevivir es vivir por encima de las dificultades, de los obstáculos… como mantenerse a flote. Es superar obstáculos lograr saltar la valla y llegar a la meta, pero no por una carretera fácil, sino por una carrera de muchos obstáculos. De ahí que es más importante sobrevivir que vivir en tanto que sobrevivir supone vivir superando obstáculos. 

Hay personas que por las razones que sean, bien porque tienen dinero, porque proceden de familias adineradas, bien porque han nacido sanas y sin enfermedades ni problemas, pueden vivir más cómodamente que otras que nacen en situaciones económicas más débiles, más vulnerables, o simplemente porque han nacido con enfermedades hereditarias. Y claro, sobrevivir es duro, es difícil. 

En el siglo XXI los obstáculos para la supervivencia no es que sean nuevos o inéditos, porque vivir nunca ha sido fácil. Sobrevivir a la adversidad nunca ha sido fácil para nadie. Incluso los ricos también lloran. No podemos idealizar la vida de las personas que no conocemos juzgándolas solamente por un resultado porque detrás de un resultado hay muchos procesos que no sabemos cuáles son, pero la vida de hoy, la del siglo XXI, presenta unos obstáculos y unas particularidades que quizás no se daban desde hacía cierto tiempo y que pensábamos históricamente que se habían superado. 

Si por un lado la medicina ha avanzado mucho y permite curar enfermedades que hace 50 años o 100 años eran incurables como la tuberculosis, hoy día tenemos otros problemas, que tienen que ver con el paro, las hipotecas, los alquileres, el trabajo estable, la formación de una pareja, etc. Nos enfrentamos a un modelo de sociedad que introduce unos cambios que pensábamos que de alguna manera estaban resueltos, estabilizados o aclarados y ahora se han estropeado porque no hay estabilidad laboral y económica. Tampoco hay estabilidad en las relaciones de pareja como las había hace años. 

Y me dirán que hace años las parejas tenían problemas y no se podían separar con el divorcio. Sí, es cierto, hoy tienen otros problemas y no se pueden mantener unidas con la estabilidad de antaño. Quiero decir, que no es que el mundo de hoy sea mejor que el de hace 100 años, es que es diferente, tanto en sus mejorías como en sus empeoramientos.

Hoy tenemos problemas que tienen que ver con el paro, las hipotecas o el trabajo estable

Jesús G. Maestro

Estamos en 2025, se ha cumplido un cuarto de este siglo XXI, ¿en qué nota que ha cambiado, además del tema tecnológico?

Hay un cambio muy importante, que es que se ha mejorado mucho en la calidad de vida. Hoy en día podemos tener una calidad de vida que nuestros antepasados jamás tuvieron a su disposición y que jamás pudieron ni siquiera sospecharla, pero esa calidad de vida cada vez resulta más cara, menos accesible y de menor valor. Eso también disminuye esa calidad de vida, y sobre todo el acceso a ella. ¿Quién puede comprar hoy una vivienda en el centro de Madrid? Nadie. ¿Y quién puede alquilarla, incluso? Pocos. 

Por un lado, el mundo nos promete éxito laboral y liderazgo. Se nos exige liderazgo, se nos exige ese éxito laboral y se nos exigen muchas cosas y a cambio, se nos da una preparación y una educación que no nos conduce más que al fracaso. Entonces, aquí hay algo que no funciona y que no está bien organizado.

¿Que haya gente en redes sociales que viva por encima de sus posibilidades o que publique fotos para demostrar que es más de lo que es es en parte ese miedo al fracaso o a ser menos que el resto?

Eso es una forma más de estar en la red, en definitiva. Eso es muy humano, pero digamos que alguien desemboca en las redes sociales y en el idealismo de las redes sociales cuando la vida personal, de alguna manera, es un fracaso. El éxito de las redes sociales se debe al fracaso de la vida privada y al de la vida personal.

No quiero decir con esto que las personas que están en las redes sociales sean todos como fracasados. No se puede deducir esto automáticamente porque no es cierto y no es correcto, yo hablo del éxito de las redes sociales, que se debe al fracaso de las vidas personales. Es decir, con frecuencia, quien ha fracasado en su vida personal busca en una red social una imagen ideal. Entonces, se presenta en una foto extraordinaria o mágica en un instante idealizado de su vida o puntual en el cual no se puede resumir su vida. 

A mi juicio, el éxito de las redes sociales se debe sobre todo al fracaso de la vida personal y a esa posibilidad que la red e internet permite incurrir en un narcisismo, es decir, en un idealismo del propio yo. El narcisismo no es más que la idealización del yo en una realidad también idealizada porque te pone los pies en la tierra inmediatamente y te desfigura la cara, el cuerpo y la vida por completo. Entonces, claro, ¿el idealismo qué es? El idealismo es el miedo a la realidad. Y las redes sociales permiten preservarse de la realidad y superar ese miedo, al final el autoengaño del siglo XXI.

En un momento del libro dice que “las generaciones nacidas desde 1990 son débiles y personas marcadas por el miedo o la debilidad”. ¿No es un falso mito? Por ejemplo, cuando la DANA de Valencia salió la juventud a ayudar desde el primer momento y se acallaron esas críticas que habían recibido.

No se puede juzgar a todos los jóvenes por igual, pero en una observación sociológica es muy evidente que la generación de personas nacidas en 1990 ha encontrado unas condiciones de vida, muy diferentes a las de otras generaciones. La generación 100 años anterior, los que nacieron en 1890, se encontraron con un mundo muy diferente azotado por numerosas guerras e incluso con guerras mundiales. Hoy, por fortuna, no tenemos que enfrentarnos a guerras mundiales y tampoco a una guerra civil. 

Pensemos en contextos como los de Ucrania, por ejemplo, u otros lugares del mundo que sufren guerras o importantes tragedias, como la DANA de Valencia, ahí es evidente que cuando un ser humano tiene que enfrentarse a una tragedia de estas dimensiones saca fuerzas de flaqueza. Pero como por fortuna no vivimos una situación bélica y tragedias como la de Valencia no se producen todos los días evidentemente tampoco tenemos que vernos metidos en este tipo, entre comillas, de entrenamiento. 

Entonces, claro, no se puede decir que el milenarista sea débil por ser milenarista. Lo que ocurre es que el hecho de no enfrentarse a situaciones fuertes no te expone a desarrollar una capacidad humana para protegerte. Es difícil que a lo largo de la vida, un ser humano no se tenga uno que ver expuestos a situaciones de ese tipo. Cada uno sufre cuando le toca y hay personas que han vivido cómo se ha perdido todo y hay otras que lo han visto desde la televisión, pero no estamos exentos de ser protagonistas de una tragedia en cualquier momento. Eso no hay condición.

También es muy crítico con los libros de autoayuda. ¿Es un poco inventar problemas para resolverlos?

Sí, porque en realidad la autoayuda no es posible. El concepto de autoayuda es un concepto completamente narcisista y además muy desconsiderado con el que te ofrece ayuda porque la ayuda te la da otra persona, no te la das tú a ti mismo. No tienes sentido. Si tú necesitas ayuda, tú no te ayudas a ti mismo y si tú la necesitas, solo puede dártela una persona exterior a ti, es decir, tu padre, tu madre, tu hermano, tu vecino, tu socio, tu hijo, tu amigo, tu pareja, tu profesor, tu profesor, tu psiquiatra, etc, pero no tú a ti mismo. Considerar que te ayudas a ti mismo es un autoengaño. 

La autoayuda es un concepto anglosajón y muy promovido por la cultura anglosajona básicamente para comercializar un determinado tipo de producto, un determinado tipo de libro que, a mí juicio, con frecuencia conduce al fracaso y no a la solución.

Las redes sociales son el autoengaño del siglo XXI

Jesús G. Maestro

A pesar de eso cada vez hay más y vienen de todos los sectores.

Sí, porque la gente está muy necesitada emocionalmente. Es decir, el siglo XXI es el siglo del déficit emocional. La gente necesita una vida más grata de la que tiene porque la gente es muy infeliz. Digamos que una de las características fundamentales del siglo XXI, de lo que ahora hemos vivido, es que la gente es muy infeliz, tal vez más que en ninguna otra etapa de la historia reciente.

¿Más que hace 80 años?

Mucho más infelices por una razón esencial, que es que la gente no dispone de recursos para organizar su vida. Y cuando la gente no dispone de medios para organizar su vida, la gente no sabe qué hacer con ella. Y la felicidad o la infelicidad surge cuando la gente no sabe qué hacer con la vida que tiene. Ese es el gran problema. 

La gente no tiene trabajo, no tiene expectativas, no tiene esperanzas, estudia, hace carreras que no le conducen al éxito laboral e invierte su vida en cosas que no le proporcionan ninguna satisfacción. Las redes sociales son una de ellas porque la gente está metida buscando una solución a su vida y es una de esas cosas que tiene la gente. Las redes sociales limitan completamente el estado emocional y la salud mental y yo creo que hoy día vivimos en una de las sociedades más difíciles.

Otro tema diferente del que también habla es la política. Dice que es el circo del siglo XXI, ¿se refiere a nivel, por ejemplo, nacional? ¿Mundial?

La política es un gran tema y una gran función. Es un estimulante. Ha habido siempre tres grandes tema en la historia del consumo masivo. Uno ha sido la autoayuda con los manifiestos sobre cómo llevar una vida feliz, virtuosa para los que no la llevan y es un tema cíclico. El segundo, sobre todo en el mundo antiguo, son las creencias religiosas, las divinidades, los dioses. De hecho, la filosofía nace hermanada con la religión porque todos ellos usan un arte, un motor perfecto, un espíritu absoluto, es decir, los filósofos siempre son buscadores de dioses.

Cuando los dioses de alguna manera fracasan o no nos ponemos en contacto con ellos o dejan de satisfacernos, entonces en lugar de buscar dioses se buscan grandes hermanos, que son líderes políticos o sistemas políticos. Se hacen las grandes revoluciones políticas y cuando se produce la destrucción de las religiones, en el siglo XVIII, se cambia la religión por el Estado, por la política y por las ideologías, sobre todo, porque para mí hay una diferencia importante entre la política y la ideología. La política es la organización del poder y la administración de la libertad y del Estado, pero la ideología es la forma de organizar masivamente las emociones colectivas y emocionalmente los impulsos de los dioses, incluso la ignorancia colectiva, ya que la emoción responde más a reacciones espontáneas que a pensamientos reflexivos y la ideología juega mucho con este tipo de sentimientos. 

 

El profesor Jesús G. Maestro.Harper Collins

¿Aquí en el Congreso se busca más hacer política o dar espectáculo con un titular, frase o eslogan llamativo al que agarrar a sus seguidores?

No sigo la política y debo confesor que no soy lector de prensa. Puedo leer alguna información o artículo puntual, pero no soy lector de prensa, soy lector de literatura. Encuentro más información en lo que escribió Cervantes o Quevedo en el siglo XVII, que lo que me ofrece la prensa digital del día. Y esto lo digo con todo respeto y sin infravalorar la profesionalidad de los periodistas, pero digamos que no me alimento de la prensa sino de la literatura.

No puedo decir que la televisión es mala o buena, porque si no la veo no puedo decir lo que es. De la misma manera que, por ejemplo, tampoco consumo cine y no puedo decir que el cine es malo o es bueno, porque no lo sé, no lo consumo, igual que tampoco sé nada sobre montar a caballo. Me han invitado alguna vez a tertulias televisivas, pero no he ido porque no tengo nada que decir de estos temas porque yo creo que cada uno debe hablar de lo que sabe y de lo que puede.

¿Hoy en día la gente sabe de literatura?

La literatura no se enseña. Si hay alguna razón de que yo esté en YouTube o en medios públicos, es la literatura. Yo no soy un youtuber, soy una persona que habla de literatura, por la literatura y para la literatura. No hablo para tener seguidores, lo hago para explicar literatura y si hay gente que, por las funciones que dispone internet para ser seguidor, se apunta muy bien, pero no lo busco. Entiendo que un youtuber habla para tener seguidores y les importa el número, pero yo lo hago para explicar literatura y ese es mi objetivo. 

Vivimos en la sociedad del siglo XXI en la que la literatura se extingue, la literatura desaparece. A la gente le gusta la literatura, pero con frecuencia encuentra limitaciones a la hora de interpretarla y a mí me parece enormemente importante ofrecer de manera pública, abierta y gratuita una enseñanza de calidad. Me parece muy importante que la literatura sea accesible en niveles de calidad a personas que quizás no tienen dinero para pagarse una matricula porque, a lo mejor, ni siquiera viven en un país donde haya universidades o porque están totalmente alejados del mundo universitario por razones laborales o sin poder desplazarse a un centro universitario para acceder a ella. 

La literatura se ofrece a cuestiones que tienen que ver con la libertad, la igualdad, la muerte, la justicia, la solidaridad o la historia y yo he tratado de hacer esto, sobre todo, tomando como referencia obras como el Quijote de Cervantes, a los cuales he dedicado más de 150 vídeos.

En España se enseña mejor literatura que en el extranjero. Eso es algo que debe quedar claro

Jesús G.Maestro

¿En España se enseña mal y hay necesidad de acudir vídeos de YouTube?

En España se enseña mejor literatura que en el extranjero. Eso es algo que debe quedar claro. 

¿Por el profesorado y el sistema educativo? 

Por la tradición literaria que tenemos. Es decir, en España, Italia y Grecia son los tres países que tienen la tradición literaria más poderosa del mundo y en estos momentos pierden la posibilidad de interpretarla porque no se enseña literatura. Los métodos de enseñanza que se han implantado en el mundo actual proceden de Estados Unidos y este es un país que no sabe qué hacer con la literatura salvo comercializarla, pero no comercializa literatura, comercializa productos que parecen literatura y que nada tiene que ver con ella. EEUU no tiene un Cervantes, un Quevedo… no tiene nada de eso. 

A ti te ha llevado a tener más de 134.000 seguidores en YouTube, ¿alguna vez te podías haber imaginado que explicar a Cervantes te podía llevar a esto?

No, nunca pensé en esto. Y sigo sin pensar en esto. Hoy, como el primer día que grabé el primer vídeo, yo sigo pensando en la literatura y no en los seguidores que tengo, a los que le tengo un profundo respeto, pero la literatura es más importante que yo. Yo digamos que prefiero tener intérpretes de la literatura antes que seguidores. 

¿Te vas a hacer TikTok para explicarla en vídeos cortos con un algoritmo que llega a muchísima gente de forma muy rápida?

Eso no me interesa y no forma parte de mí. Yo explico literatura y para eso necesito un formato más amplio. TikTok es algo que está ahí como puede estar un expositor en una calle, pero yo estoy YouTube porque es un medio actualmente disponible que permite registrar la grabación de una exposición literaria y ya está. 

Llevas 10 años en YouTube, ¿siente eso que se dice habitualmente de que se ha comido el personaje de Jesús en internet, el famoso, al Jesús en la vida real?

Yo no soy famoso. Yo soy un estudiante de piano que graba sus explicaciones sobre la literatura. Es cierto que el que habla en los vídeos es un personaje porque yo no soy en la vida real como hablo en los vídeos, evidentemente, ya que ahí habla alguien que explica literatura. Yo no tengo nada que ver con el individuo que habla en los vídeos. Mi vida no funciona como cuando hablo de literatura y son cosas completamente diferentes. Mi vida privada no tiene que ver con los vídeos. No tiene nada que ver el trabajo con la parte del trabajo.

¿Y lee aunque sea por curiosidad lo que dicen de él en X (Twitter)? 

No, no tengo cuenta en ninguna red social y no tengo ni idea. 

Tiene una cuenta que le parodia sacando momentos suyos de los vídeos fuera de contexto y que arrasa bastante. 

Son cosas de internet, pero no tengo nada que ver ni estoy pendiente de lo que dicen ni nada. Me interesa la literatura, nada más. A todo eso no presto atención, son cosas que forman parte de la vida y ya está. 

¿Sus alumnos con qué ojos le ven, como si fuera un profesor viral o uno normal?

A mí me ven como un profesor. Los alumnos forman parte de mi trabajo, no forman parte de mi vida y con ellos tengo una relación exclusivamente laboral y profesional. Les doy las clases que les tengo que dar con la mayor calidad posible y con la mayor atención posible y mi relación con los alumnos se limita exclusivamente a un contexto laboral y profesional. 

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Esta nota fue proporcionada por una fuente externa a La Campesina. Debido a que no fue escrita por nuestros empleados ni nuestros afiliados, no garantizamos su veracidad ni exactitud. Recomendamos que cada persona realize su propia investigación para verificar el contenido de esta nota.

Written by: Huffington Post

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